El Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile comparte un saludo con ocasión del día de la profesora y del profesor.
“Muéstrame posible tu Evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada hora por él”, con esta cita de la oración de la maestra de Gabriela Mistral, inicia el mensaje firmado por el obispo presidente Alberto Lorenzelli Rossi, en nombre del área.
Reflexionando en torno a los desafíos que comporta el Pacto Educativo Global, el texto expresa “entendemos que la educación integral e inclusiva suscita un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza; razón por la que debemos unir esfuerzos para alcanzar una alianza educativa amplia, formando personas maduras, capaces de reconstruir el tejido relacional y una humanidad más fraterna”
“En el Día de la Profesora y del Profesor, recordamos que la vocación recibida es, al mismo tiempo, una invitación a dedicar nuestras vidas a la evangelización a través de la escuela, aportando aquellos elementos que permitan humanizar y personalizar a niños, niñas, adolescentes y jóvenes, sin desviarles de su fin trascendente” releva el mensaje.
Se agrega que desde el Área de Educación se busca afianzar la identidad educativa de cada docente, instándole a “enriquecer su vida de fe, a ser coherente y testimonial, para dar cuenta del Evangelio en nuestro tiempo, a través del diálogo entre fe y cultura, esencial en nuestros colegios y liceos” invitando a las y los docentes a sentirse acompañados por sus comunidades educativas, “promoviendo el diálogo colaborativo y enseñanza de las realidades regionales y culturales de sus estudiantes y familias, propias de una sociedad plural y democrática”.
“Profesoras y profesores, no tengan miedo de ayudar a los demás a comprender y amar la verdad en el ahora de la realidad educativa de nuestro país. Conserven la alegría, animados por el servicio que entregan, especialmente, a los más vulnerables y marginados, quienes requieren de mayor entrega y apoyo en estos tiempos complejos que nos desafían. Gracias, porque, incluso, desde la intimidad de sus hogares, ustedes siguen siendo luz y ejemplo para las próximas generaciones”, anima el saludo.
Bajo el concepto «El viaje ha comenzado», se resalta el valor del servicio por sobre la indiferencia, egoísmo y divisiones. “Nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes deben aprender a vivir en una actitud de servicio, sin perder la esencia de lo que es ser un ser humano: la actitud de resonancia afectiva con los otros”.
Finalmente, se invita a unirse al caminar de la Iglesia en clave de discernimiento y sinodalidad, a escuchar la voz del Espíritu en medio nuestro, reconociéndonos hermanas y hermanos, descubriendo que caminamos en el seguimiento del Señor de la vida y de la esperanza, dando respuestas encarnadas y novedosas al servicio de la educación integral”.