Hermanos en Cristo:
Ayer el clamor de muchos hermanos cristianos y de otras confesiones religiosas se hizo sentir en Chile. Se elevaron muchas voces de preocupación por la posible lesión del derecho natural a la libertad de culto y la falta al reconocimiento del valioso aporte que entrega la vida espiritual y sus manifestaciones públicas a la sociedad civil.
Hoy queremos agradecer a quienes han visibilizado esta situación y a quienes les ha correspondido tomar la decisión, el darnos la posibilidad, aunque sea con un mínimo aforo, de la celebración pública de los cultos religiosos. Lo anterior es y será un gran signo de esperanza y fortaleza para todos los que creemos en Dios, particularmente para los que se han visto más afectados con la pandemia.
El reconocimiento de la presencia de Dios en todas partes, la alegría de redescubrir con fuerza la Iglesia doméstica, el uso de las redes sociales, entre otros, ciertamente ha sido un gran don de este tiempo de pandemia. No podemos estar sin conectarnos con el Señor. No obstante, se hace sentir en las comunidades cristianas el anhelo del encuentro, como lo quiso el mismo Señor. Por eso el recuperar la posibilidad de reunirse comunitariamente en torno al altar se agradece enormemente.
Recibimos esta noticia con alegría y responsabilidad porque creemos que “Cuidarse es amar”. Por lo mismo, las medidas de seguridad que se han tomado en las diversas comunidades cristianas, se deben seguir manteniendo al reabrirse la posibilidad del culto semanal e incluso el dominical, en pequeños grupos. Debemos seguir estrictamente los protocolos establecidos para ello en nuestra Iglesia de Concepción, tendientes a cuidar a todos quienes ven la necesidad de participar presencialmente en las celebraciones. Cada comunidad sé muy bien que dispondrá de lo mejor para que cuidarse sea un gran testimonio cristiano.
María Santísima, nuestra Madre y Patrona y su esposo San José, en este año santo, nos ayuden a acercarnos cada día más a Jesús y hacerlo presente en la vida pública con nuestro testimonio.
Dios les bendiga y sostenga siempre.
Arzobispado de la Santísima Concepción