En una jornada de diálogo y reflexión, el Jardín Fabiola recibió la especial visita del Nuncio Apostólico, Monseñor Alberto Ortega, y el Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, este lunes 2 de mayo.
Luego de una presentación teatral protagonizada por los pequeños estudiantes, quienes representaron la canción «La Casita de Nazareth», las educadoras del jardín pudieron compartir con los invitados sus experiencias y consultar sobre la mirada de la Iglesia en algunas de las principales problemáticas que se viven a nivel social y educacional en nuestro país.
La Rectora del establecimiento, Hermana María Angélica Merino, agradeció la visita y afirmó que prepararon este encuentro con alegría para vivir la fraternidad y ver cómo «vamos caminando para ir haciendo una Iglesia más cercana y acompañar la realidad que viven hoy los establecimientos educacionales, especialmente nuestra familia, ya que acogemos a muchas familias migrantes».
«Ese es el gran desafío que tenemos para este año y en ese sentido también la presencia y la cercanía del Obispo es importante para ir construyendo comunidad juntos», enfatizó.
Por su parte, el Director Ejecutivo de los Colegios del Arzobispado, Claudio Silva, dijo que se trata de «una oportunidad maravillosa, sobre todo para quienes trabajan en el Jardín Fabiola, que brinda poder compartir y recibir de primera fuente el pensamiento respecto de temas actuales».
En ese contexto agregó, que este encuentro también permite que Monseñor Fernando Chomali y Monseñor Alberto Ortega «puedan reconocer el trabajo que se está realizando por parte de las educadoras».
«Es una oportunidad muy grata de compartir, con lindas experiencias y donde se nota un cariño muy grande por el trabajo y un compañerismo que dan preciosos frutos en los niños que están educando», destacó.
Asimismo, el Nuncio Apostólico señaló que esta «es una realidad muy bonita» y agregó que «una de las grandes tareas de la Iglesia es el tema de la educación, empezando con los más pequeños».
«Ver que hay tantas iniciativas en la Arquidiócesis para educar a niños y niñas es una buena noticia para todos. En concreto me ha gustado mucho conocer este jardín y a las personas que trabajan con una gran vocación, dedicación y profesionalidad, y haciendo un gran servicio para los niños y algunas de las familias más necesitadas. Es un atarea preciosa y para mí un gran signo de esperanza, porque en la educación de los niños nos jugamos el futuro de la Iglesia y de la sociedad», puntualizó.