Como una forma de agradecer la vocación de los docentes de la Arquidiócesis de Concepción, se realizó la tradicional Misa por el Día del Profesor organizada por la Vicaría Pastoral para la Educación y la Cultura, la tarde de este jueves 17 de octubre en la Parroquia Del Sagrario.
La Eucaristía, presidida por el obispo auxiliar de Concepción, monseñor Bernardo Álvarez, convocó a profesores de distintos establecimientos educacionales.
En su homilía, monseñor Álvarez dijo que “la educación interviene desde la edad infantil, pasando por la adolescencia, la juventud e incluso la vida adulta y siempre existe un profesor o una profesora, un maestro o una maestra, que marca nuestra vida, porque en verdad nunca dejamos de formarnos. Es decir, nunca dejamos de educarnos y nunca dejamos de aprender, por eso gracias por su vocación”.
“Y me uno, en ese sentido, al himno de San Pablo que hace un recorrido incluso antes de la historia de la salvación donde reconoce que Dios nos ha elegido desde antes de esta historia para ser santos. Es decir, para manifestar una vocación al mundo”, agregó.
También habló sobre cómo los profesores deben dejarse iluminar por el testimonio de Jesús Maestro, porque “al celebrar este Día del Profesor y Profesora es importante mirar a Jesús, sobre todo para quienes compartimos el don de la fe. Y pensar que a Jesús le interesó enseñar y que, de algún modo, también dio su vida por la enseñanza”.
En el momento de la presentación de las ofrendas, profesores del Liceo La Asunción y del Colegio Inmaculada Concepción llevaron hasta el Altar un símbolo de dedicación y organización, que refleja el esfuerzo diario de nuestros docentes y asistentes de la educación, que constantemente ayudan a los estudiantes a recordar, aprender y crecer.
Luego, profesores del Colegio Inmaculada Concepción y de la Oficina Central de Colegios del Arzobispado ofrecieron los dones de pan y vino, que luego se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Vocación
Los profesores agradecieron poder participar en esta Eucaristía porque les ayuda a continuar en esta importante e inigualable misión, que es educar y compartir conocimientos.
Para Álvaro Tapia, profesor del Colegio Inmaculada Concepción, las palabras de monseñor Bernardo Álvarez “de alguna manera, siguen resonando fuerte para los que hemos recibido esta vocación del Señor, porque habló sobre lectura de los Peregrinos de Emaús como una instancia formativa en un tiempo donde muchos de nuestros jóvenes están como los peregrinos, un poco desorientados y tristes e incapaces de ver, en el mundo de hoy, dónde está Jesús”.
Por su parte, Ivone Jara, profesora del Colegio República del Brasil de Concepción, dijo estar “contenta de poder participar en esta instancia que nos une como Iglesia en esta tarea de educar. Una tarea, que como decía monseñor Bernardo, no es fácil, sobre todo en los tiempos que vivimos”.
Sin duda, “es un desafío constante, pero es una tarea hermosa, porque es una respuesta a la vocación, al llamado que hemos sentido. Y ese llamado es el que nos motiva cada día a levantarnos para ir al colegio y entregar lo mejor de nosotros. Y lo mejor que tenemos es el mensaje de Cristo, un mensaje que da esperanza, que da vida, que va guiando el camino de los chicos, y sé que tarde o temprano esa semilla dará fruto en su momento”, puntualizó.