En un ambiente de mucha reflexión, profesores católicos y de Religión de la Arquidiócesis de Concepción, vivieron el retiro espiritual “Jesús maestro de nueva humanidad” predicado por el Administrador Diocesano, Monseñor Bernardo Álvarez, el sábado 11 de mayo.
El retiro, que fue organizado por la Vicaría Pastoral para la Educación y la Cultura (Viceduc) en Casa Betania, comenzó con la presentación de los asistentes, de dónde venían y sus expectativas o deseos para este retiro, para luego dar paso al primer momento de reflexión en torno al Evangelio de Lucas y sobre en qué momento el Señor se presenta en la vida de cada uno.
Monseñor Álvarez explicó que la importancia de este momento de oración personal es para “salir, alejarse y tomar distancia, esto es clave en un retiro, porque, como he dicho antes, el retiro o ejercicio espiritual, no es lo mismo que una jornada. Un retiro es experiencia de vida, de oración profunda, que incluso no es lo mismo que rezar”.
Y el título de este retiro está pensado “en este tiempo pascual que estamos prontos a culminar, propiciando en los profesores de Religión y otros docentes católicos, a través de la oración en silencio, un encuentro con la Sagrada Escritura, un encuentro con Cristo vivo, resucitado. Y en ese encuentro vivo con el Resucitado, poder también ser capaces como profesores o agentes de pastoral ser discípulos de este maestro de humanidad nueva”.
Al culminar el retiro, señaló que como “Vicaría y Arzobispado de Concepción, poder tener estas instancias regulares nos permite en primer lugar tener la oportunidad de poder encontrarnos con los profesores de Religión, estar cerca de ellos, escucharlos, acompañarlos y luego también, poder tener una instancia de oración junto a ellos que es lo propio de un retiro espiritual. Estamos felices de poder perseverar en estos momentos y por lo que escuchaba al inicio en la presentación, ellos también lo valoran mucho”, enfatizó.
Entre quienes participaron en el retiro se encontraba Pamela Toledo, profesora de Religión, quien expresó que, “la oportunidad de tener un retiro es maravillosa, sobre todo porque Monseñor Bernardo responde a las necesidades que tenemos los profesores. A estas alturas del año uno necesita volver a mirar los ojos de Jesús y decir: este trabajo no lo hago sola, lo hago acompañada”.
El poder darse un espacio y el poder tener una pausa “hace que uno vuelva a lo cotidiano con mayor esperanza ante el desafío que implica terminar el año y lograr los objetivos que uno se plantea y que el ministerio nos solicitaba”.
Por su parte, Álvaro Vidal, profesor de Religión, expresó estar muy contento participar en esta instancia, “de compartir en comunidad, de reflexionar a partir de la Sagrada Escritura y poder darnos cuenta de este llamado que nos hace Jesús, volver a sentir el llamado, volver a convertirnos en pescadores de hombres y fortalecer nuestra labor como docentes”.
